A finales de 2023 fue publicado el libro Antiespecismos Subversivos. Construçoes a partir das dissidências, en la editorial brasileña Ape’ku. 

Hemos entrevistado a varias de las personas que han participado con sus textos de esta importante contribución al pensamiento antiespecista desde una perspectiva decolonial, anticolonial o, siguiendo a Bispo dos Santos, contracolonial. En las próximas semanas iremos publicando las entrevistas en castellano y portugués. El libro está escrito en portugués y podéis encontrarlo en la web de la editorial  y en versión Kindle. 

Los siguientes fragmentos corresponden a la introducción del libro, escrita por sus coordinadors, Martina Davidson y Mica Peres, y dan cuenta del contenido que encontraremos en sus páginas.

Me gustaría comenzar esta presentación informal y breve con una pregunta: ¿qué significa hablar de antiespecismos subversivos? Bueno, en un primer momento, quizás, significa un reconocimiento de la urgencia ético-política de hablar sobre el especismo desde una perspectiva social, histórica y colectiva. Sin embargo, poco después, podríamos argumentar que esta pregunta representa el reconocimiento de otras ontologías, que no son la binaria y colonial, de diversos tiempos y espacios, que hablan sobre el antiespecismo bajo una lente alejada del veganismo tradicional. Ontologías, culturas y construcciones políticas que tratan, han tratado y tratarán los mundos más-que-humanos a través de prácticas milenarias, nuevas perspectivas, propuestas y alternativas (anti)sistémicas y mucho más. Es decir, este libro es un movimiento hacia y desde antiespecismos circunscritos a voces y culturas invisibilizadas, violentadas y explotadas históricamente.

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Incluso, podríamos decir que este libro se une a múltiples cuestionamientos y tensiones en torno a la pregunta: ¿debemos/queremos todavía reivindicarnos como veganes? Este libro, entonces, viene al mundo para decir: los antiespecismos subversivos siempre han existido y siempre existirán. Y no se inclinan, no se moldean, para adecuarse a lo que es hegemónico. Este libro es, entonces, una caricia, un desafío, una forma de vehicular y vincular nuevos y viejos antiespecismos. Así que, si volvemos a la pregunta inicial: ¿qué significa hablar de antiespecismos subversivos? Bueno, invito a todes a que lean, experimenten y se conecten con las más variadas y poderosas respuestas aquí presentes.

Tras esta contextualización os dejamos la entrevista a Dandara Luigi, autora del capítulo Referentes ausentes na construção da domesti[cação] cidade: heteronormativas sexistas, racistas e especistas.

Ella es antiespecista, bi, neurodivergente (autista e ah/sd), arquitecta urbanista, investigadora de género y ciudad y educadora.

Antropología de la Vida Animal: En primer lugar, para quienes no te conocen en este lado del mundo, puedes contarnos sobre tu trayectoria, ya sea académica, militante (o personal, si quieres) ¿Qué experiencias, conexiones, etc. te han llevado a interesarte por la intersección entre sexismo, racismo, especismo en relación con la ciudad?

Dandara Luigi: Me hice en antiespecista al mismo tiempo que comencé a graduarme como arquitecta urbanista, a mediados de 2016. El pistoletazo de salida fue el documental Terrícolas, en cuanto terminé de verlo decidí que no podía contribuir más con todo ese horror. Pasaron dos años mientras intentaba leer todo lo que encontraba sobre el antiespecismo, el libro Acertos abolicionistas: el turno de los animales de Sonia T. Felipe, y La política sexual de la carne: una teoría crítica feminista-vegetariana, de Carol J. Adams fue el segundo giro clave, especialmente porque también estaba empezando a leer teorías de género. A partir de ese momento, comencé a involucrarme con colectivos de estudio y de acción callejera, el primero fue FeminiVegan, un colectivo feminista-animalista de São Paulo, que se basó especialmente en lo que Adams señala en el libro sobre la opresión de género y los animales; y otro fue Anonymous for the Voiceless, una organización internacional que seguía una línea más “puramente” animalista, es decir, centrada en las violencias sufridas por los animales, tanto que, en el momento en que los miembros comenzaron a discutir la relación de las opresiones humana / animal, a les fundadores no les gustó, querían que solo habláramos de la violencia sufrida por los “animales no humanos”. Todo esto sucedió en el momento de las elecciones de 2019, con un fascista ascendiendo al poder aquí en Brasil, por lo que se convirtió en una discusión muy acalorada, y finalmente fue la razón de mi salida del grupo, y de la gran mayoría de la gente, de hecho. Esta trayectoria ocurrió al mismo tiempo que profundizaba en los estudios sobre las relaciones de género y ciudad, en la graduación. Fue en ese momento que también recibí la invitación para participar en el libro, pero pronto llegó la pandemia a principios de 2020 y con ella, el caos. Terminé alejándome de todos… Bueno, afortunadamente, volvimos y en 2023 publicamos Antiespecismo Subversivos, ¡y aquí estamos hoy! Jaja.

AVA: Un concepto central de tu texto es el «referente ausente» de Carol J. Adams, que propones usar como paraguas para abarcar resistencias, disputas, resignificados… ¿Cómo crees que la animalidad, que históricamente ha sido un lugar de subordinación e inferiorización, se puede resignificar como lugar de resistencia o alianza, especialmente entre las disidencias? Por otro lado, cuáles serían para ti los límites (o limitaciones) de la propuesta de Carol J. Adams (si crees que los hay)?

DL: Entiendo que el concepto “referente ausente” se puede extender a la comprensión de la construcción social de los cuerpos de las mujeres – cuando son objetivados, vaciados, privados de independencia, desmembrados y resumidos en partes simbólicamente. Y en un movimiento contrario, lo podemos resignificar al recordar el cuerpo no fragmentado, su existencia antes de ser vaciado.

En el libro Adams ya presenta este “desmembramiento” del cuerpo de la mujer, pero es la mujer cis de la que está hablando, y es precisamente aquí donde encontramos sus límites a nivel de problematización, ya que comparará la capacidad reproductiva de las hembras-animales con la capacidad del “sexo femenino”, colocándolo solo como “cuerpo de la mujer” [cis], sin extender la discusión a otras personas que también tienen capacidad reproductiva, como hombres trans y personas no -binarie. Pero es también en este punto donde encontramos las posibilidades de alianzas entre las disidencias, en el referente ausente de los cuerpos no dichos, de su animalización (no suficientemente humana) ante la sociedad patriarcal-racista-especista-transfóbica, y también capacitista, como es bien abordado en el capítulo de Martina. La alianza en la resistencia está precisamente en mirar estas dicotomías que dicen quién es humano “lo suficiente” [hombre cis blanco, heterosexual, sin discapacidades] y quién se acerca al animal [todas las personas que no encajan en esta categoría ejemplificada], y negarlas. 

Fotografia: Nicole Zabukas

Fotografia: Nicole Zabukas

AVA: Después estableces una conexión del «referente ausente» con el control de los cuerpos a través del espacio. ¿Cómo entender la construcción de los espacios puede ayudarnos a comprender mejor las relaciones de poder? Y en consecuencia, ¿cómo puede servir esta comprensión para establecer alianzas y resistencias que impliquen a otros animales?

DL: Las dinámicas de poder están todas muy bien cosidas. Los espacios de la ciudad y las formas de habitar fueron pensadas a partir de un ordenamiento muy bien planificado para disciplinar y delimitar la circulación de determinados cuerpos, variando según su color de piel y fenotipos, rendimiento de género, sexualidad, clase, entre otros cruces.

Mientras que la domesticación de los animales, el control de sus cuerpos y la espacialización de dónde y cómo deberían vivir, está muy ligada al desarrollo de la vida doméstica que, con el tiempo, avanzará hacia la domesticidad y el control de quién debería quedarse dentro de la casa (ambiente privado) y quién podría circular libremente por el espacio público. Así, la ordenación del espacio urbano está ligada a la domesticidad, que a su vez se mantiene por los estándares obligatorios de la heterosexualidad y la “familia tradicional” – que está vinculada a los criterios de feminidad y masculinidad, y que, finalmente, está atada a quien es el comedor de carne, siendo su consumo un símbolo de virilidad. Es una dinámica que se retroalimenta.

Comprender todo este camino y negar el consumo de carne, la explotación de los animales, es también negar ese control de cuerpos y espacio.

AVA:  Citas al recientemente fallecido Antônio Bispo dos Santos, quien apuntó que “adestrar y colonizar es lo mismo” y propuso la noción de contracolonización. ¿Qué opinas de esta noción para abordar las intersecciones de racismo, sexismo, especismo…?

Todo el libro abordará estas intersecciones en diversos ámbitos, por lo que la contracolonización puede ser la palabra clave de las resistencias contra todas estas opresiones, después de todo, la colonización es sobre el control de cuerpos y el espacio. Por lo tanto, contracolonizar para negar esta manipulación, para recuperar nuestro poder de autodeterminación.

* La fotografía de portada donde aparece Dandara Luigi es autoría de Nicole Zabukas.
La versión en portugués de esta entrevista puede leerse AQUÍ

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