La consideración de los animales como sujetos de derecho ha impulsado al movimiento antiespecista a dotarse de órganos políticos con los que reclamar los derechos de los animales y luchar por su liberación. Tristemente, algunas de estas organizaciones animalistas se declaran apolíticas y permiten la afiliación de cualquier persona que defienda la causa de los animales, independientemente de su ideología. Lo que de entrada puede parecer una estrategia lícita para crecer en número, desgraciadamente ha abierto la puerta a la formación de núcleos animalistas de extrema derecha. Aunque su repercusión es escasa en España, no podemos negar la existencia de grupos nacional-socialistas como Patriotas Españoles Contra la Tortura Animal (PECTA), Defensa Aria de los Animales o Movimiento Antitaurino de Lucha (MAL) inspirados en el falso mito de que Hitler era vegetariano. En países como Francia, Italia, el Reino Unido, Alemania o EEUU, la presencia de estos grupos alcanza grados preocupantes. Esto se vincula al auge de la extrema derecha y el conservadurismo originado a raíz de la crisis de los refugiados, lo que ha causado que los ultras se expandan y traten de hacerse un hueco en cualquier plataforma, incluyendo las animalistas.

Sin embargo, la ultraderecha antiespecista es un oxímoron. Toda la derecha se vertebra en la existencia del capitalismo, el mismo sistema socio-económico que cosifica a los animales, destruye su individualidad y les extirpa su condición de sujeto de derecho sólo porque esto se opone a sus intereses económicos. El capitalismo es el mayor enemigo de los animales. Los ve como meros bienes de consumo, material biológico o fuente de entretenimiento, lo que choca frontalmente con el movimiento antiespecista. Además, ¿cómo podemos esperar que quienes no respetan los derechos humanos más básicos luchen por los derechos de otros animales? El antiespecismo es una lucha contra la discriminación arbitraria que los animales sufren por criterio de especie. Se trata de un movimiento de liberación que plantea las mismas demandas políticas y sociales que cualquier movimiento de justicia social que busque combatir y erradicar una forma de opresión. Por ello el antiespecismo no es una corriente aislada, sino que está intrínsecamente unida a la lucha feminista, antirracista, antihomòfoba y anticapacitista, lo que requiere señalar y expulsar a todos aquellos individuos que desprecian a otros por razón de género, lugar de nacimiento, orientación sexual o grado de capacidad.

Es necesario que las organizaciones animalistas apolíticas reflexionen en torno a esta problemática. No podemos tener en nuestras filas a personas que ni siquiera son capaces de respetar a sus compañeras de lucha. Es cierto que la causa animal es urgente y requiere el mayor número posible de personas implicadas, por ello es importante no permitir que causas menores nos dividan. Pero algo muy distinto es tolerar de forma acrítica la participación y dar voz a la ultraderecha porque su presencia diluye el mensaje antiespecista. En tanto que su ideología se articula en el capitalismo y en la superioridad de unas vidas frente a otras, sólo se apropian de postulados animalistas descafeinados que distan mucho de la naturaleza emancipadora del verdadero antiespecismo. Es más que probable que en paralelo al crecimiento del movimiento animalista, también aumente el número de supuestos defensores de los animales en la esfera política. Por ello es importante que interioricemos que no todo vale por los animales. Al fin y al cabo, ¿qué sentido tiene luchar por un mundo más justo si toleramos a quienes defienden la injusticia?

El pasado 12 de enero María Girona, presidenta de la Sección de Derechos Animales del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), participó en una conferencia contra la violencia de género organizada por el grupo neonazi Hogar Social Madrid (HSM). A partir de la denuncia iniciada en Twitter por el activista Aitor Garmendia (Tras los Muros), muchos reprocharon a Girona haber participado en el acto y, de este modo, entremezclar la causa de los derechos de los animales con la ultraderecha. No se trata de un caso aislado, cada vez más individuos y asociaciones animalistas aceptan la presencia de la extrema derecha bajo el pretexto de que todo vale mientras se ayude a los animales.

Fuentes:
El Caballo de Nietze: La ultraderecha y la defensa de los animales: el binomio impossible
Vice: Hablamos con animalistas nazis españoles 
Foto: Manifestación antiespecista – @traslosmuros

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